mercredi 4 avril 2012

ultimo zoltkin?

Ayer, 2 de Abril de 2012, Venus inició una corta pero significativa travesía a través del cúmulo estelar de las Pléyades, siendo hoy su conjunción principal, y mañana, su culminación. Hace 256 ciclos de 2920 días -un intervalo inscrito en la página 24 del Códice de Dresde-, el Sol se encontraba efectuando su paso cenital del 13 de Agosto de 36 AEC, sobre regiones localizadas a 15 grados de latitud Norte, 260 días después de haberse alineado con los nodos lunares, y 260 días antes de que se presentara otro alineamiento del Sol -por el extremo opuesto de la línea de nodos-, durante otro paso cenital -el del 30 de abril de 35 AEC-, cuando Urano alcanzaba su oposición teórica, medio ciclo de Venus antes de su primera posición estacionaria, y medio ciclo de Venus después de su segunda posición estacionaria. De manera análoga, la conjunción principal de Venus y las Pléyades del día de hoy, se encuentra enmarcada 260 días después de la primera posición estacionaria de Urano y 260 días antes de la segunda posición estacionaria de Urano. Mañana, al culminar la pequeña travesía de Venus por las Pléyades, habrán de iniciar las celebraciones de Año Nuevo ilustradas en las páginas 25 a la 28 del Códice de Dresde para los días "uno Pop dos Etz'nab" [5 de Abril de 2012] y "asiento de Pop uno Kaban" [4 de Abril de 2012]. Un Calendario Mesoamericano después de dichas celebraciones, el Sol habrá alcanzado su máxima desviación austral en el horizonte que señala el arribo del solsticio de invierno, Sirio –la estrella más brillante del cielo nocturno- habrá sido visible por última vez antes del amanecer, y Urano habrá alcanzado su segunda posición estacionaria, como ya lo habíamos mencionado. Contrario a lo que muchos afirman, durante la culminación del décimo-tercer B’aktun también se presentará una importante alineación astronómica nadir-cenital entre Venus y Júpiter, en zonas arqueológicas como la de Chichén Itzá, en donde el pasado 21 de Marzo ocurrió la Hierofanía del descenso de la “serpiente de luz” en la pirámide del Castillo, precisamente cuando Venus se encontraba en su máxima elongación Este como "estrella vespertina". Durante su máxima elongación Este, Venus se mantuvo a unos 45 a 47 grados de distancia angular del Sol, por el término de unos veinte días, los cuales, curiosamente iniciaron durante la conjunción Júpiter-Venus del 13 de Marzo de 2012 y culminaron con la presente conjunción Venus-Pléyades, la cual, se encuentra localizada a su vez, dos Calendarios Mesoamericanos después del primer día de visibilidad de Venus como "estrella matutina". A partir de hoy, comienza el descenso vertiginoso de Venus –la “estrella avispa”- que culminará con su último día de visibilidad a comienzos de Junio, y su posterior tránsito frente al Sol del 5-6 de Junio de 2012, un espectáculo del que difícilmente volveremos a ser testigos. Otros factores que hacen de la presente conjunción Venus-Pléyades un evento realmente especial son los siguientes: 7280 días -una veintena de años-cómputo- después del inicio de las mencionadas celebraciones de Año Nuevo, nos encontraremos a 13 B'aktunes de distancia de la última estación de 819 días de la Era Maya anterior, mientras que 780 días después de dichas celebraciones, se presentará la segunda posición estacionaria de Marte. Un Calendario Mesoamericano después de dichas celebraciones de Año Nuevo nos encontraremos también a 11960 días -la duración de una tabla Maya de eclipses- del aniversario número 49, en términos del gran ciclo de Venus de 37960 días, de la última estación de 819 días de la Era Maya anterior. Si por el contrario, optamos por posicionarnos dos Calendarios Mesoamericanos antes de dichas celebraciones, entonces nos encontraremos a 7800 días -es decir a 10 ciclos canónicos de Marte- del aniversario número 99, en términos de la Ronda Calendárica de 18980 días, de dicha estación final de 819 días de la Era Maya anterior. Al hacer un paralelo con el paso cenital del Sol del 13 de Agosto de 36 AEC, notaremos que dos Calendarios Mesoamericanos antes de dicha fecha, Marte se encontraba localizado sobre su primera posición estacionaria, un Calendario Mesoamericano antes de que el Sol se alineara con los nodos lunares y un Calendario Mesoamericano antes de que Saturno alcanzara su segunda posición estacionaria, la misma posición presente para la inscripción 7.16.3.2.13 de la Estela 2 de Chiapa de Corzo. Después de descritos los anteriores eventos desde una perspectiva “Maya Clásica”, podemos realmente dudar de la validez astronómica y vigencia temporal del Calendario Maya, y de la constante de correlación que lo sustenta? Cordial Saludo, Carlos Barrera Atuesta”

mercredi 29 février 2012

LOS BISIESTOS EN LA CONCEPCIÓN MAYA

• El día de ajuste que cada cuatro años se agrega al calendario gregoriano que nos rige estaba implícito en ese conteo, explicó Daniel Flores Gutiérrez, del Instituto de Astronomía
 • Esa cultura tenía años del norte, sur, este y oeste, que iniciaban al amanecer, mediodía, atardecer y medianoche; se hacía el ajuste intrínseco de un día más

 El año bisiesto, que cada cuatro años se agrega al calendario gregoriano en las culturas occidentales, estaba considerado de forma implícita en la concepción maya, explicó Daniel Flores Gutiérrez, investigador del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM. “Hay ciertos datos y fuentes que indican que los mayas llevaron la cuenta de los días por grupos de cuatro años, a los que llamaban año del norte, sur, este y oeste. “Los días no empezaban a la misma hora. En los años del Este comenzaban a la salida del Sol, y los siguientes al mediodía, a la puesta del Sol y, finalmente, a la medianoche”, detalló. De este modo, cada grupo de años integraba un cuarto de día de ajustes, que juntos significaban cuatro cuartos o un día más, que no necesitaba un nombre, pues era un ajuste intrínseco, añadió el experto en arqueoastronomía. 29 de febrero, ajuste occidental A diferencia del conteo maya que integraba en cada periodo anual un cuarto de día, en el gregoriano que nos rige el ajuste ocurre cada cuatro años y agrega el 29 de febrero; genera así un año de 366 días cada cuatrienio. “Se trata de una corrección al calendario, que se creó para contar grupos de números de diez. La cuenta anual, de 365 días, es lo que llamamos una inconmensurable, pues los días son enteros, pero el movimiento periódico es fraccionario”, detalló Flores. La Tierra da vuelta, pero no exactamente en el número de días que nosotros decimos, sino ese día más una fracción de horas, minutos y segundos que se acumulan, y hay que corregirlo, para no desfasarnos. Por eso cada cuatro años se hace el cambio, con un día más que es el 29 de febrero, añadió. Los años bisiestos, como este 2012, son divisibles entre cuatro (como ocurrió en 2004 y 2008), excepto si son divisibles entre cien (como sucederá en el 2100 y el 2200), pero sí en el caso de ser divisibles entre 400 (como el año 2000 y el 2400). Flores recordó que las estaciones de primavera, verano, otoño e invierno no siempre comienzan el mismo día y hora, sino que tienen pequeñas variantes. “Esto ocurre porque los calendarios están conformados por números enteros de días, nuestro año tiene 365 días. Pero los ciclos astronómicos son inconmensurables, es decir, no están formados por números enteros de días. “La Tierra recorre su órbita en torno al Sol en 365.24219 días, de ahí que, al final del año, falte casi un cuarto de día para que llegue a su misma posición del año anterior en la bóveda celeste. Por ello se recurre a los años bisiestos, con los que se hacen las correcciones”, precisó. Predicción maya de eclipses Los mayas desarrollaron un amplio conocimiento astronómico, por su observación constante del cielo y el registro riguroso que realizaron de los diversos fenómenos que observaban. Así precisaron, por ejemplo, la recurrencia de los eclipses solares; establecieron en el Códice de Dresde una tabla de predicción de esos fenómenos que contiene 69 fechas que coinciden aproximadamente con eclipses solares y cubren un lapso de 33 años. 
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